Nota importante

Los anuncios que aparecen en este blog son colocados automáticamente y no tenemos control sobre su apariencia o contenido, sin embargo, les animamos, como dice la Escritura en I Tesalonicenses 5:21 "Examinadlo todo y retened lo bueno".

jueves, 4 de junio de 2009

Jesús, el Salvador ¿Qué es la salvación?


"...Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio..." (II Timoteo 1:9-10).

El término “Salvación” en la Biblia tiene el sentido de liberación de toda la limitación y la forma de alcanzarla.

Salvación se refiere a ser libre de la enfermedad (Isaías 38:20; Mateo 9:22), de los problemas (Jeremías 30:7; II Timoteo 4:18), de los enemigos (II Samuel 3:18; Hechos 5:18-19). Con “Salvación” describimos, por ejemplo, cuando una persona es rescatada de un incendio o de perecer ahogada, se dice entonces: “... la persona fue salvada de las llamas...” ó “... la persona fue salvada de ahogarse...”, en estos casos entendemos 1. La persona estaba en peligro de muerte. 2. Alguien vio su necesidad y acudió a ayudarle. 3. La persona pudo ser rescatada y se dice que el héroe le salvo. En la Biblia, la palabra “Salvación” y otras relacionadas tienen el mismo sentido que en estos ejemplos.

Jesús mencionó una sola vez la palabra Salvación (Lucas 19:19) pero usó la palabra “Salvar” y otras afines para indicar lo que vino a hacer (Lucas 4:18; Mateo 19:11) y lo que el hombre pide (Lucas 7:50; Mateo 10:22). Cuando habló dejó ver que para ser librado se necesita un corazón contrito, estar dispuestos a recibir de Dios y a renunciar a todas las cosas por amor a Cristo; también dejó ver que el hombre por sí mismo no puede cumplir con estas condiciones; como vimos en los ejemplos anteriores, la persona no podía por si misma salvarse de una muerte inminente y necesito de alguien para ser rescatada.

Espiritualmente hablando, el hombre no es salvo por su sabiduría, por sus méritos morales o religiosos, por su capacidad o el poder que llegue a alcanzar para gobernar a las personas por medio de dinero o política. El hombre es salvo mediante la fe en Jesucristo y lo que hizo por nosotros (Romanos 4:25, 5:10; Efesios 2:8-9; I Timoteo 1:15; I Juan 4:9-10, 14). Somos salvos por la sangre que Jesús derramó en la cruz (Hechos 20:28; Romanos 3:25; Efesios 1:7; Hebreos 9:12, 13:12; Apocalipsis 1:5).

La salvación tiene relación con la liberación del pecado y sus consecuencias: culpa, temor, enfermedad, pobreza y muerte, que constituyen la maldición de la ley (Romanos 5:1-8; Gálatas 3:13, Deuteronomio 28; Hebreos 2:14, Gálatas 5:1). La salvación incluye prosperidad material, éxito y ofrece salud de toda enfermedad. Debemos entender también que el deseo de Dios es prosperar a sus hijos en todas las cosas y que tengan salud así como prosperan sus almas (3 Juan 2), pero que esto es el resultado de un proceso en el cual el hombre es limpio y restaurado para que pueda disfrutar de las bendiciones que Dios le ha preparado. Por otro lado, la salvación no hace inmune al hombre de peligro o la aflicción (Juan 16:33) pero si le ofrece paz interior, con la cual puede afrontar cualquier situación ya que el Señor no le abandonará jamás (Juan 14:1, 16-18, 27).

Reflexión:

¿Reconoces la necesidad de ser salvo? ¿Puedes tu, con tus propias fuerzas salir de los problemas que te rodean? Jesús te tiende la mano, extiende tu hacia El y comprobaras su buena voluntad, agradable y perfecta para contigo.

Oración:

Señor Jesús, sé que no puedo lograr la salvación por mis propias obras. Reconozco que tu eres mi Salvador. Ayúdame en la necesidad. Te necesito. Gracias por tu plan maravilloso para mi vida, gracias por la paz que siento ahora en mi corazón. Amen.

martes, 2 de junio de 2009

Jesús, el hombre

Jesús reúne en El dos naturalezas y una sola personalidad, hemos comprendido que debía reunir ambas naturalezas para ser el puente adecuado entre Dios y el hombre. Hay mas con respecto a su doble naturaleza, vamos a analizar su naturaleza humana.

Daniel, el profeta, describe cómo vio en las nubes a alguien “como un hijo del hombre”. Jesús uso el titulo de “Hijo del Hombre” muchas veces (Mateo 8:20, 9:6,11:19 y otros). Este título, nos enseña que El, identificándose con la humanidad, nació, creció, se desarrolló y murió ¿Porqué vino El a pasar por esto? “Como nosotros, los hijos de Dios, somos seres de carne y hueso, Cristo nació como ser de carne y hueso también; porque sólo siendo un ser humano podía morir y destruir al que tenía el imperio de la muerte: El diablo. Sólo así podía librar a los que vivían siempre en esclavitud por temor a la muerte. Sabemos que El no vino como un ángel, sino como ser humano, como judío. Era necesario que fuera en todo como nosotros, pues sólo así podía ser misericordioso y fiel sumo sacerdote nuestro, ante Dios (misericordioso para con nosotros y fiel para con Dios) al expiar los pecados del pueblo y puesto que El mismo experimentó lo que es sufrimiento y tentación, sabe lo que significa y puede socorrernos maravillosamente en nuestros sufrimientos y tentación (Hebreos 2:14-18, Biblia al Día).

Jesús nació como un ser humano normal (siendo Dios) porque debía conocer totalmente cuál era el sufrimiento y la tentación, debía comprender lo que esto significa para así poder ayudarnos cuando estemos pasando por tribulación angustia y tentación.


Como hombre Jesús nació y creció normalmente (Lucas 2:52), tuvo que estudiar, aprender un oficio, tener vida social, aprendió a ser obediente, sintió dolor en su corazón al perder a un ser amado, conoció la humillación de ser oprimido por el romano invasor de su tierra, vio como murieron muchos en las rebeliones contra Roma (Hechos 5:36-37). Cometemos el error de creer que por ser Jesús el Hijo de Dios, su padecimiento como hombre sería liviano y olvidamos que sus tentaciones y luchas fueron reales, que no simuló sus batallas. Jesús se enfrentó como un hombre valiente, ungido por el Espíritu Santo, a las fuerzas y las tentaciones que se le oponían, saliendo vencedor en todo.


REFLEXIÓN:

¿Alguna vez has sentido como que "estás sólo o sóla", que nadie te entiende? Jesús siempre ha estado a tu lado, y ha experimentado todo lo que tu has pasado. Por ello, te entiende y puede interceder por ti ante Dios, el Padre.

ORACIÓN:

Señor Jesús, gracias por llevar mi carga y entenderme, gracias porque al vencer sobre las tentaciones abriste el camino para que yo pueda llegar ante Dios el Padre. Señor, socórreme, a ti clamo porque se que me ayudarás. Dios, gracias por enviar a tu Hijo amado, Jesús, a experimentar el sufrimiento y la aflicción por mi. Dame vida en Cristo. En el nombre de Jesús.Amen.

domingo, 31 de mayo de 2009

Dios llega a tu vida ¿Qué le responderás?




Antes de viajar a Belén, donde nació Jesús, José y María vivían en la aldea de Nazaret (Galilea), allí fue donde el ángel Gabriel les dio, por separado, el anuncio del nacimiento de Jesús (Lucas 1:26-33 y Mateo 1:20). De acuerdo a la Escritura (Mateo 1:18), “José y María estaban desposados”, lo que significa que se habían comprometido para casarse pero aún no lo estaban ni tenían vida marital. El ángel vino y le anuncio a María que el Espíritu de Dios vendría sobre ella para cubrirla, por lo cual sería llamado Hijo de Dios (Lucas 1:35). Volvamos a Mateo 1:18 y notemos que María estaba encinta “antes de que se juntasen”, esto indica que María estaba embarazada antes de iniciar la vida en común con José. En el versículo 16 dice que “Jacob engendró a José” pero no dice que José haya engendrado a Jesús y en el versículo 20 se le afirma a José que Jesús había sido engendrado del Espíritu Santo, lo cual nos enseña que José no era el padre natural de Jesús.

Todo lo anterior nos lleva a decir que Jesús era hijo de Dios y de María, José fue únicamente su padre adoptivo. Por lo mismo, Jesús tenía en sí dos naturalezas: Humana por ser hijo de María y divina por ser hijo de Dios. Jesús tiene dos naturalezas y una personalidad. Esto es fundamental: Tenemos reconciliación con Dios por medio de Jesús. Lo explicaremos así: Si queremos cruzar un río, debemos tender un puente que se apoye en ambas orillas; entre Dios y el hombre existe un abismo que no puede ser cruzado sino por el único camino al Padre que es Jesús pero si este no tuviera apoyo en ambos lados no podría servir como puente para que el hombre cruce. Jesús tiene dos naturalezas, una humana y otra divina para que el hombre pueda acercarse al Padre a través de El.

Recordemos esta imagen, un puente que sólo se apoya en una orilla, no lleva a ningún lado. Si Jesús fuera sólo Dios no podría acercarse al hombre, por el contrario si fuese sólo hombre estaría igual que nosotros sin poder acercarse a Dios. Sus dos naturalezas le ayudan a ser el mediador entre Dios y los hombres.

Surge una pregunta ¿Hemos cruzado el puente que ha tendido Jesús para llegar al Padre? Si no lo hemos hecho, nuestra respuesta a la pregunta de Jesús “¿Quién dicen ustedes que soy?” (Mateo 16:13-16) será “Un maestro, un hombre sabio”, pero si hemos cruzado el puente nuestra respuesta será “El Cristo, el Hijo del Dios vivo, Dios, nuestro Salvador y Señor”.

¿Qué le responderás hoy a Jesús?

ORACIÓN:

Señor Jesús, declaro hoy que tu eres Cristo, el Hijo del Dios vivo, mi Señor; hazme la clase de persona que tu quieres que yo sea. Gracias por salvarme y darme la vida eterna. Amén.


¡En Jesús está la vida!

Lo que hace una Iglesia (una vida) sòlida es la enseñanza de la Palabra escrita de Dios. Lo que hace una vida valiosa es la práctica de la Palabra de Dios ¡En Jesús está la vida!