“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Este es el año para recibir las cosas que se nos han prometido, este es el año de la restitución, de la bendición y de la abundancia.
Nuestra Herencia:
Primero, debemos estar convencidos de que tenemos una herencia y que este año la disfrutaremos–Debemos tener cuidado de no caer en un adormecimiento que nos impida movernos a reclamar lo que es nuestro.
Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra (Génesis 18:1-2).
Debemos estar atentos al momento cuando Dios pase por el camino, debemos alzar sus ojos y ver las cosas de arriba para saber cuándo tomarlas ¡Este año no hay que dormirse o dejar pasar las cosas importantes que Dios nos da!
Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra (Génesis 18:1-2).
Debemos estar atentos al momento cuando Dios pase por el camino, debemos alzar sus ojos y ver las cosas de arriba para saber cuándo tomarlas ¡Este año no hay que dormirse o dejar pasar las cosas importantes que Dios nos da!
Es una promesa:
La herencia viene mediante una promesa, no es por obras para poder ganarla, es un regalo. Solo abre el regalo y disfrútalo. Muchas personas reciben regalos en su cumpleaños o en otra fecha y los guardan para después y a veces ese después no llega.
Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa (Gálatas 3:18).
Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa (Gálatas 3:18).
Somos coherederos con Cristo:
Hemos sido llamados al ámbito espiritual, al reino donde habita Dios; se nos ha dado “el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” y “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Romanos 8:15-17).
Coherederos –significa que podemos tener lo que El tiene ¡Que asombrosa y poderosa herencia! Cuando Jesús murió en la cruz no dijo: “Bueno, ya pague por ti y pasarás la eternidad conmigo pero mientras tanto haz lo mejor que puedas”. No, El nos dejó una poderosa vida en el Espíritu, para que podamos vivir como El vivió y ser testigos del poder de Su resurrección
Coherederos –significa que podemos tener lo que El tiene ¡Que asombrosa y poderosa herencia! Cuando Jesús murió en la cruz no dijo: “Bueno, ya pague por ti y pasarás la eternidad conmigo pero mientras tanto haz lo mejor que puedas”. No, El nos dejó una poderosa vida en el Espíritu, para que podamos vivir como El vivió y ser testigos del poder de Su resurrección
¡Buenas noticias! Es por fe:
Es por fe que recibimos y disfrutamos nuestra herencia. Dios es Dios de fe, El nos ha tenido fe, de tal manera que nos ha dado Su vida, Su espíritu Santo en nosotros: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él” (1 Corintios 6:17). Por ello es que Jesús dijo: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24).
Fe significa orar y creer que vendrá, que se tiene; fe no es orar y esperar a ver qué pasa. Es orar y creer antes de ver y tocar.
Fe significa orar y creer que vendrá, que se tiene; fe no es orar y esperar a ver qué pasa. Es orar y creer antes de ver y tocar.