Introducción
El mundo entero se estremece ante los eventos sociales, naturales y espirituales que se viven actualmente, en cada lugar al que vamos podemos escuchar la voz de las gentes clamando como en la época de Moisés por un libertador y en cada lugar surgen falsos profetas, líderes que llevan a las personas a la destrucción. Ante esto, nos preguntamos ¿Qué debo hacer? ¿Tengo algo que ver en todo este asunto? ¿Cuál es el propósito de Dios en esta época que nos toca vivir? ¡Claro que sí! Analicemos a la luz de la Biblia cual es el llamado de Dios a nuestra vida.
El llamado
Todos tienden a idealizar esta palabra “LLAMADO”, muchos se excusan para no servir a Dios diciendo ¿Yo no tengo llamado? ¡NOTICIA! TODOS HEMOS SIDO LAMADOS POR DIOS (I Corintios 1:26; Efesios 1:18; Filipenses 3:14 y otros).
"Llamado" en el Nuevo Testamento se traduce del griego Kaléo; es ser invitado, convidado (en voz alta); es convidar, decir, invitar, llamar, poner (por nombre). Un "llamado" es una convocación a ocupar un cargo, a realizar una labor.
Quizá la persona "no ha sido llamada" a una posición como ministro de la iglesia (apóstol, evangelista, profeta, pastor o maestro), pero ciertamente en algún momento de su vida deberá compartir el evangelio, enseñar a sus hijos a seguir a Cristo, corregir su camino, establecer sus vidas. Nadie puede escaparse de esa labor.
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