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domingo, 31 de mayo de 2009

Dios llega a tu vida ¿Qué le responderás?




Antes de viajar a Belén, donde nació Jesús, José y María vivían en la aldea de Nazaret (Galilea), allí fue donde el ángel Gabriel les dio, por separado, el anuncio del nacimiento de Jesús (Lucas 1:26-33 y Mateo 1:20). De acuerdo a la Escritura (Mateo 1:18), “José y María estaban desposados”, lo que significa que se habían comprometido para casarse pero aún no lo estaban ni tenían vida marital. El ángel vino y le anuncio a María que el Espíritu de Dios vendría sobre ella para cubrirla, por lo cual sería llamado Hijo de Dios (Lucas 1:35). Volvamos a Mateo 1:18 y notemos que María estaba encinta “antes de que se juntasen”, esto indica que María estaba embarazada antes de iniciar la vida en común con José. En el versículo 16 dice que “Jacob engendró a José” pero no dice que José haya engendrado a Jesús y en el versículo 20 se le afirma a José que Jesús había sido engendrado del Espíritu Santo, lo cual nos enseña que José no era el padre natural de Jesús.

Todo lo anterior nos lleva a decir que Jesús era hijo de Dios y de María, José fue únicamente su padre adoptivo. Por lo mismo, Jesús tenía en sí dos naturalezas: Humana por ser hijo de María y divina por ser hijo de Dios. Jesús tiene dos naturalezas y una personalidad. Esto es fundamental: Tenemos reconciliación con Dios por medio de Jesús. Lo explicaremos así: Si queremos cruzar un río, debemos tender un puente que se apoye en ambas orillas; entre Dios y el hombre existe un abismo que no puede ser cruzado sino por el único camino al Padre que es Jesús pero si este no tuviera apoyo en ambos lados no podría servir como puente para que el hombre cruce. Jesús tiene dos naturalezas, una humana y otra divina para que el hombre pueda acercarse al Padre a través de El.

Recordemos esta imagen, un puente que sólo se apoya en una orilla, no lleva a ningún lado. Si Jesús fuera sólo Dios no podría acercarse al hombre, por el contrario si fuese sólo hombre estaría igual que nosotros sin poder acercarse a Dios. Sus dos naturalezas le ayudan a ser el mediador entre Dios y los hombres.

Surge una pregunta ¿Hemos cruzado el puente que ha tendido Jesús para llegar al Padre? Si no lo hemos hecho, nuestra respuesta a la pregunta de Jesús “¿Quién dicen ustedes que soy?” (Mateo 16:13-16) será “Un maestro, un hombre sabio”, pero si hemos cruzado el puente nuestra respuesta será “El Cristo, el Hijo del Dios vivo, Dios, nuestro Salvador y Señor”.

¿Qué le responderás hoy a Jesús?

ORACIÓN:

Señor Jesús, declaro hoy que tu eres Cristo, el Hijo del Dios vivo, mi Señor; hazme la clase de persona que tu quieres que yo sea. Gracias por salvarme y darme la vida eterna. Amén.


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